sábado, 1 de febrero de 2014

Día 4: Viernes 5 de octubre de 1582

Al leer un poco sobre la implantación del calendario gregoriano me encontré con la sorpresa de que luego de que los eruditos convocados por la Santa Sede determinaran que el calendario Juliano (vigente hasta 1582) tenía 10 días de error para esos tiempos, se decidió hacer una corrección tanto en los años bisiestos como en la contabilización de la duración real del año, para evitar un nuevo desfase en el tiempo. La corrección consistiría en eliminar esos días de desface. Dichas conclusiones se presentaron y oficializaron en septiembre de aquel año para que entraran en vigencia en octubre. De esa cuenta, los fieles católicos pasaron del jueves 4 de octubre de 1582 al  viernes 15 de octubre del mismo año. Tiempo después, ese calendario y su corrección fueron adoptados por otros países, y en la actualidad es el que rige mundialmente para temas políticos, seculares y civiles, incluso en aquellos países donde la tradición permite mantener un calendario alterno. ¡Eso significa que el viernes 5 de octubre de 1582 nunca existió!  Y puede parecer un asunto sin importancia, pero para mí sí, porque las fechas (en mi mente) son valiosas. Hay muchas personas que quisieran que en su vida desaparecieran muchos días y otras quisieran que se agregaran más a su existencia. Lo cierto del caso es que estamos en este mundo con un tiempo igual para todos y depende de cada quien la calidad con que se vive. La preocupación, la felicidad, el enojo, la tristeza, y otros tantos sentimientos son decisiones. Cada uno de nosotros no tiene el control sobre las situaciones que a diario se presentan, pero sí sobre los sentimientos y la manera en que las encaramos. Aquella lejana fecha que nunca sucedió fueron días que se les robaron a los que estaban vivos en esa época. Mañana 2 de febrero de 2014 cumplo un año de una hermosa relación sentimental y ha sido decisión de ambos encarar cada día. Ha habido discusiones, momentos memorables, mucha pasión, amor desmedido y hasta lágrimas. Este año ha sido, como escribió Jorge Cantú de la Garza, un año que duró 10 años. Por la experiencia, lo maravilloso, lo que he aprendido, lo que he amado y he sido amado. Recordar fechas es importante, no para tener motivos de depresión o para contabilizar miles de veces lo que se ha perdido, más bien es importante para ver los hitos que han marcado nuestra existencia. A nosotros nadie nos ha robado 10 días como sucedió en 1582. Tenemos las mismas 24 horas, todos. El aprovechar o no cada instante y recordar los momentos entrañables son la decisión que cada uno debe tomar. Cuando no aprovechás el tiempo en cosas que te hagan mejor persona estás robándote cada instante. Si no has hecho nada por vos, es tiempo de comenzar. Hacé que tus años cuenten y no te los robés a vos mismo. Lo maravilloso es que podemos decidirlo!!!

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