sábado, 18 de enero de 2014

Día 3: La hoja en blanco

Sentarse delante de una hoja en blanco es difícil. Me acuerdo de una escena de la película “Sex and the City” donde la protagonista, Carrie Bradshaw, está por iniciar un nuevo libro y pasa mucho tiempo escribiendo y borrando. Esa misma situación me pasa cuando me pongo frente al computador y quiero escribir. Aunque tenga la idea… Este año lo he iniciado con objetivos claros y los he compartido. No obstante cuando quiero escribir sobre ellos, tener la hoja en blanco se convierte en un tremendo desafío. Y justamente como esa hoja en blanco es cada nuevo año. Hay un espacio en el que podemos escribir un capítulo de nuestra vida y a veces nos da miedo porque no sabemos cómo comenzar a darle forma. Sin embargo, nadie más que vos mismo tiene las manos sobre el teclado. Es decir, solo a vos te corresponde escribir y hacer de tu existencia una buena o mala historia. En mi caso comenté que quería comenzar a leer más y a ordenarme financieramente. En el primero de los casos he comenzado a hacer un listado de los títulos y temas que me interesa leer y también de los libros que quiero releer. La lectura es una aventura espléndida porque cuando lo hacés y volvés a un texto que leíste antes, siempre encontrás nuevas ideas por las cuáles admirarte. En el tema financiero, he decidido colocarme en un default, es decir hacer un stop en los pagos y dimensionar el total de las deudas. Una vez hecho esto he comenzado a hablar con los acreedores para renegociar las deudas, de tal suerte que no sigan corriendo intereses y pueda cumplir con las obligaciones. Previo a eso tuve que hacer un presupuesto de las entradas que proyecto y de los gastos continuos, para determinar mi capacidad de pago en cuanto a esas obligaciones y sobre ese dato es que he comenzado a hablar con los acreedores. El acercarse a ellos es importante por dos razones: 1. Estoy dando la cara, y con eso estoy diciendo “sé que te debo, sé que me está costando pagarte, pero también quiero que sepás que estoy aquí para hacerme responsable de la obligación” y 2. Hace que mi credibilidad no desaparezca. Cuando te escondés de las responsabilidades, tu credibilidad va disminuyendo y llega el momento en que tu palabra ya no vale. Parte del comenzar a escribir sobre la hoja en blanco que representa este 2014, es dar los primeros pasos hacia las metas que me he planteado. Como dije en una entrada anterior. Es necesario planificar (no eternamente), y hay que salir a la calle a hacer que las cosas sucedan… mientras tanto disfruten la vida y sonrían al menos una vez en el día. Eso es invertir en acciones de felicidad!!!

2 comentarios:

  1. Hola. Hasta hoy me integro a leer tu espacio. Yo te acompañe en el anterior. Y pues he considerado siempre como interesante tu forma de reflexión. En esta entrada, sin ánimo de ofender, me hizo falta el corazón del escritor, en donde está el sentimiento. Aún tengo el buen sabor de aquellas entradas que te dejan pensando y otras veces con lágrimas en los ojos. La ventaja o desventaja, depende el punto de vista, de una hoja en blanco es que puedes hacer con ella lo que quieras. .. Mario E.

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