lunes, 4 de agosto de 2014

Día 9: Necesitamos ser Generosos... y también aprender a recibir...

Un solo gesto de amabilidad puede cambiarles la vida a otras personas de una forma que ni nos imaginamos, y junto con ese milagro nuestra existencia también puede tener excelentes momentos. En la novela “Grandes Esperanzas”, Charles Dickens muestra cómo un gesto bondadoso (nacido del miedo en ese caso) repercutió en un cambio de vida para un reo y con el correr de los años en beneficio tangible para el protagonista. No es que debamos hacer el bien pensando en que vamos a obtener algo a cambio. Sin embargo, es una ley de la vida que si somos generosos, siempre obtendremos más de lo que dimos, tarde o temprano. En la mañana de hoy, mientras escuchaba el programa de radio que oigo todos los días reflexioné sobre este asunto. Como si estuviéramos conectados con los locutores, de pronto comenzaron a hablar del tema y uno de ellos dijo “cuando no somos humildes para recibir, no somos generosos para dar”. Lo profundo de esa frase me impresionó. Resulta que muchas veces hablamos de lo importante que es dar (yo lo hice al inicio de este párrafo), pero muchas veces olvidamos también mencionar lo hermoso que es recibir. Para esto último hay que ser humildes. Mucha gente huye de otros y se niegan a pedir consejos, apoyo económico o un abrazo, simplemente porque no hay humildad. Y cuando no hay humildad en el corazón, difícilmente tenemos la visión de dar, porque creemos que así como a nosotros nos ha costado lo que poseemos, debe costarles a otros. Esa humildad se refleja en  gestos simples: saludar, regalar una sonrisa, dar un cumplido, apoyar económicamente a quienes tenemos posibilidad de hacerlo, tener fe por otros cuando ellos la han perdido. No es de extrañar que Dickens haya pensado bien el título de la historia citada. Quizá la generosidad y la humildad son el reflejo de que en el ser humano aún hay grandes esperanzas… Si nos ponemos de tarea tener pequeños gestos amables, y comenzamos con las personas más cercanas a nosotros, es muy probable que nuestro entorno comience a cambiar positivamente. Dar no significa sustentar a haraganes o aprovechados. Dar significa ser generoso con quien verdaderamente lo necesita. A veces una persona muy adinerada puede ser más necesitada que otra persona que vive en un asentamiento humano. El drama de personas pobres que tienen mucho dinero es muy común en la actualidad. Recibir con agrado los cumplidos, las bonitas palabras, las felicitaciones y las cosas materiales que te den también es fantástico, porque cuando lo hacés mostrás a quien tiene esa deferencia por vos que sos agradecido y que valorás el gesto que tuvo para con tu persona. Aprender a vivir de manera alegre implica dar, sí. Pero también implica, aprender a recibir (cuando alguien, espontáneamente quiera regalarte algo).

Mientras tanto: disfruten su vida… es maravilloso vivir….

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